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viernes, 22 de julio de 2011

Quiero...y no puede...


Hoy la maga se siente revoltosa, lleva puestos unos pendientes largos rematados en su punta con una maravillosa perla gris, hoy está guapa, se ha perfumado con su perfume favorito, chance de chanel, va caminando por la calle y el aroma de su perfume la hace sonreir va subiendo por su escote hasta que llega a la punta de su nariz, y a su vez va moviendo su cabeza, en este movimiento suave y lento sus perlas van rozando su cuello, siente su movimiento, quiere bailar, necesita ritmo, quiere reír, quiere sentir, coge su móvil y llama a la torre, juntos se dejaran llevar a………..

....¿quién sabe, maga? Con esta faringitis terrible que me ha dejado sin habla no es que pueda ir a demasiados lugares. Mañana, para empezar, a Besalú y a Sant Feliu de Guixols a ver a Cyndi Lauper...y estoy como para ir con la cama a cuestas, envuelto en sábanas, con el paracetamol y la codeína circulando por las venas...¿Bailar, maga? Tú sabes bien lo que me gusta. Así que esperaremos mi restablecimiento e iré buscando un sitio donde dejarnos caer para ver cómo se las gastan algunos lugares...

domingo, 17 de julio de 2011

Blanc, pure white en el Mandarín Oriental, Barcelona.


 MIÉRCOLES 13 DE JULIO 2011

Hoy estoy de buenas, a pesar de los calores, a pesar de la pegajosa humedad de la atmósfera y la relativa de mi lustrosa piel. Así que hoy decidí calzarme en los pies de la maga e ir al encuentro de la torre con aspiraciones a escritor para tomar un café en el Mandarín Oriental.


Pues bien, ahí estaba, en Paseo de Gracia, esperando con una camisa de lino Kenzo,  unos bermudas azul marino, y unas bambas Paul Smith poco vistosas, discretas, es decir, elegantes y sencillas. Yo sé que pocos pueden rivalizar con los encantos de mi noble piel, y mis "cés" entrelazadas. Me fabricaron en italia y desde que tengo uso de razón he caminado por lugares especiales, que son los que merecen ser pisados por unas suelas como las mías.

El salón de su espacio BLANC respira luz cenital, sosiego, conversaciones perdidas en los rincones donde se esconden algunas de esas mesas para dos que muchos mataríamos por conseguir, porque lo que verdaderamente importa, además de sentarse frente a un buen conversador es que el espacio acompañe, la intimidad sea la justa y necesaria en un lugar público, la temperatura se acomode al cuerpo y las consumiciones tengan carácter.

La torre, Paulo, el de las Paul Smith pidió un café con leche, y la maga a la que calzo un café con hielo.  Era la segunda vez que Paulo tomaba un café en BLANC, y esperaba las pequeñas "coquelines"  rellenas de mermelada de frambuesa. En esta ocasión trajeron un cuenco con cuatro decoradas con una almendra. Exquisitas, se deshacían en el paladar porque la maga, metida en una pequeña dieta para perder unos kilitos y así, de paso, aliviar la pesadumbre de mis plantas made in italy, sólo tomó un café con hielo. Luego vinieron  Eva y Alba, tomaron asiento en otros dos sillones blancos y se unieron a la conversación tranquila, pausada y relajada.

El servicio de BLANC resultó impecable y amable, exceptuando la falta de servilletas en la mesa que el camarero profesional y sonriente solventó al instante en cuanto Paulo se lo pidió . Es un verdadero lujo dejar que los minutos, las horas corran pacientes. Estar en el centro de Barcelona resguardados del ruido, del calor agobiante, de la gente que habla a gritos tomándote un café en un lugar blanco sin ser cegador, fusionando equilibrios de volúmenes y formas muy conseguidos merece el precio que se paga. Porque el verdadero lujo lo da saber que tu tiempo y espacio valen lo que abonas por ellos en estos pequeños islotes urbanos donde presumiblemente reina lo mundano, pero donde uno puede hacerse un pequeño hueco donde hablar sobre las cosas de la vida.

PS: Sí, me sentí algo turbada cuando la maga decidió pasearme frente al escaparate de los Manolo Blahnik en el hall del hotel, pero yo y mis Chanel sabemos que nos queda todavía mucho camino por recorrer.